En una reciente entrevista llevada a cabo por Ana Francisca Vega para MVS noticias, Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia, se pronunció sobre el arresto de Alejandro “N”, un influencer en TikTok con más de 3.3 millones de seguidores. Alejandro fue detenido por la explotación sexual digital de una menor, un crimen gravísimo que, lamentablemente, no constituye un incidente aislado dentro de la cultura contemporánea. Este caso destaca cómo el abuso sexual se ha enmascarado bajo el velo del entretenimiento en las redes sociales.
Juan Martín Pérez señaló que la situación de Alejandro “N” es indicativa de un problema mucho mayor y alarmantemente normalizado: el abuso de niñas y adolescentes por adultos bajo la fachada de contenido popular en plataformas digitales. Según Pérez, es esencial reconocer a Alejandro “N” no como un influencer, sino como lo que realmente es: un agresor sexual. Insistió en la necesidad de modificar el lenguaje utilizado para describir estos actos, argumentando que términos como “pornografía infantil” tienden a minimizar la gravedad del delito. La denominación correcta debería ser “explotación sexual digital”, un término que reconoce explícitamente la existencia de víctimas reales y el impacto devastador que estos crímenes tienen sobre ellas.
Además, Juan Martín Pérez recordó que la arresto de Alejandro “N” en Jalisco durante el 2023 no fue el primer incidente relacionado con conductas similares. A pesar de haber sido detenido previamente por un caso que implicaba a otra adolescente, se le concedió un “perdón” que Pérez calificó como irregular y que revela una grave negligencia o complicidad por parte de las autoridades competentes. Hizo hincapié en que una menor de edad nunca puede consentir de manera informada a este tipo de abuso.
El caso de Alejandro también refleja cómo plataformas como TikTok e Instagram pueden convertirse en entornos peligrosos. Perfil tras perfil, se pueden encontrar vídeos de niñas utilizando ropa provocativa, todo encubierto bajo premisas de desafíos virales o “retos”, que no son más que excusas para legitimar y diseminar contenido inapropiado. Estos vídeos, a menudo hipersexualizados, no solo captan la atención de una vasta audiencia, sino que también atraen a predadores sexuales, algo facilitado por los algoritmos de estas plataformas.
Pérez también hizo referencia a estadísticas alarmantes: solo un mínimo porcentaje de las denuncias de abuso sexual infantil resultan en una sentencia condenatoria. Este problema se atribuye a la falta de personal capacitado en las fiscalías, a la corrupción generalizada y a la revictimización de los menores durante el proceso legal.
Además, critica la cultura que normaliza el abuso, donde prevalece la creencia errónea de que las menores “consienten” estos actos. En realidad, estas acciones son cometidas por adultos y están firmemente arraigadas en la sociedad, frecuentemente disfrazadas bajo el concepto de “libertad” en los medios sociales.
Por estas razones, Juan Martín Pérez considera que es crucial demandar a las plataformas sociales una postura de tolerancia cero frente a cuentas que sexualizan a menores. Asimismo, es vital la capacitación de fiscales desde una perspectiva adecuada a la infancia y la modificación de términos legales que reflejen con precisión la seriedad de estos delitos.
En conclusión, la entrevista con Juan Martín Pérez subraya la urgente necesidad de abordar y reestructurar cómo la sociedad y las plataformas digitales manejan la representación y el tratamiento de los menores en el entorno online. Es imperativo ajustar el lenguaje legal y la percepción pública para enfrentar efectivamente esta forma de explotación, asegurando que se proteja la integridad y la inocencia de la infancia en el ámbito digital y más allá.
